viernes, 28 de octubre de 2011

“Todo esfuerzo tiene su recompensa”

Aunque cueste reconocerlo, hoy en día, la mujer sigue ocupando poco espacio en el ciclismo. Pero esta realidad no es motivo para que mujeres como Maite Castillo se vistan el mallot, suban a la bici y pedaleen como una más del pelotón.
Esta joven alavesa, monitora de spinning y socorrista en las piscinas de Salvatierra durante la temporada de verano, dedica una gran parte de su tiempo al deporte. Y cuando se le pregunta que deporte es el que más le gusta, no duda, el ciclismo.
Esta afición a la bicicleta, heredada de su padre, lleva con ella desde que con tan solo ocho años competía junto a su hermano y hermana.

¿Por qué crees que las mujeres tienen menos afición por el cicloturismo?

Creo que las mujeres no se decantan mucho por el ciclismo porque es un deporte que tiene poca recompensa y es muy duro. Es decir, exige mucho sacrificio y no ofrece resultados a corto plazo, hay que ser muy persistente. Creo que es un deporte que para practicarlo tiene que gustar de verdad,  tanto a hombres como a mujeres.
Pero creo que las cosas están cambiando, cada vez veo más mujeres en la bici, sobre todo a chicas jóvenes de entre 20 y 25 años.

Desde hace años perteneces a la Sociedad Ciclista Vitoriana ¿Cuántas mujeres sois en total?

De unos 300 socios que tiene la sociedad, solo cuatro somos  chicas.

¿Eso no os intimida un poco?

¡Qué va! Al contrario. Nos sentimos más protegidas. Creo que como somos pocas, quieren asegurarse de que nos quedamos con ellos (ríe).  La verdad es que en la sociedad hay mucho compañerismo, sin distinción de género.

¿Cómo empezaste a interesarte por este deporte?

Gracias a mi padre. Él era entrenador de ciclismo en las escuelas de la Vitoriana y
metió a mi hermano en el equipo para empezar a entrenar. Más tarde nos apuntó también a mí y a mi hermana.  
Mi padre siempre ha sido un apasionado de la bici, y él fue el que nos contagió esa afición.

¿Qué crees que tiene de especial el ciclismo?

El cicloturismo es un deporte que ofrece mucha libertad, aunque para ello tengas que tener una gran capacidad de superación. Además te da la oportunidad de conocer gente mientras haces ejercicio, es otra manera de socializarse.

¿Cada cuánto tiempo haces un hueco y sales a andar en bici?

Normalmente salgo los fines de semana, aunque, si hace bueno y tengo tiempo,  salgo también los martes y los jueves. Pero entre semana trabajo, me ocupo de la casa…  así que no me suele quedar mucho tiempo para hacer otras cosas.
Los sábados y domingos suelo salir cuatro o cinco horas cada día y normalmente voy a una media de 30 ó 32 kilómetros por hora.
Este año habré hecho unos 5000 kilómetros en total.

¿Entre todas las metas que has conseguido cuál destacarías?

La de la prueba Triparriscos, cuando después de una dura preparación de más de dos años, conseguí llegar la primera a meta. A una media de 34 kilómetros por hora, terminé la prueba en 2 horas 38 minutos.  Como premio me dieron un botella de champán de 3 litros que descorché con mis compañeros de la SCV.

¿Tienes alguna prueba en mente ahora mismo?

Pues ahora estoy pensando en volver a hacer la Triparriscos, e intentar hacer el mismo tiempo. También me suelo animar a participar en LA BLAN, la prueba Vitoria, así como en la prueba Beloki. Aunque en esta última no voy a poder participar este año porque se ha cerrado la posibilidad de apuntarse, creo que esta vez sólo podrán apuntarse los socios.

La última vez que participaste en la prueba Vitoria te dieron un premio especial…

Sí, la última vez me que participé me dieron un trofeo por ser la más veterana de la prueba, aunque la verdad es que sólo participamos tres mujeres.
Creo que esta prueba es muy dura, más difícil de conseguir que, por ejemplo, la Quebrantahuesos. Pero a la vez es muy bonita, merece la pena prepararse para hacerla.
Tiene algo especial, porque en la mayoría de las competiciones, los corredores sólo miran el tiempo, intentan batir el récord. Pero en la prueba Vitoria lo importante no es superar una marca sino simplemente disfrutar. En esta prueba hay un límite de personas, no pueden participar más de 300 ciclistas y eso la hace más familiar. La prueba Vitoria es una forma de hacer turismo más que una competición.

Creo que sueles salir con tu pareja a andar en bici…

Si, a veces salimos juntos. Es más, nos conocimos andando en bici. Su hermano empezó a salir con nosotros y más tarde se animó él. Y así, pedaleando, empezó nuestra historia, la cual no ha parado hasta ahora.
Lo más curioso es que mi hermana también conoció a su pareja haciendo ciclismo, ya ves, es un deporte en el que haces amigos y, a veces,  algo más.

Supongo que tantos madrugones para andar en bici te habrán privado de muchas cosas…

De muchas. Muchas noches me he privado de salir.
Esto me afectaba sobre todo cuando era joven, mi cuadrilla era la gente con la que salía en bici, porque a los demás amigos los dejaba un poco a un lado.  La bici me quitaba mucho tiempo y, al final, me quedaba un poco apartada de mis amigas.
Pero no me arrepiento de nada, creo que lo que he perdido por un lado se me ha recompensado por el otro.

Supongo que una chica deportista como tú, no solo practicará el ciclismo…

No, también tengo otras aficiones como la mountain bike. Una vez hicimos una ruta desde Badajoz hasta Cádiz en MTB.
También me gusta andar, hice sola el camino de Santiago, lo cual fue una experiencia extraordinaria que me ayudó mucho a descubrirme a mí misma.
Pero no hay ningún deporte  como el ciclismo en ruta. Con la bici de carretera sientes más la velocidad y el viento en la cara.  Además puedes ir disfrutando del paisaje.

Por Iris Murillo 

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