martes, 22 de noviembre de 2011

Pisando fuerte

Alberto Oses González es un vitoriano de 41 años aficionado al atletismo y empeñado corredor. Oses confiesa que desde que dejó de fumar, correr se ha convertido en su “droga”,  algo que le ayuda a evadirse del resto del mundo y disfrutar de la vida de una manera saludable. 
Hace tan solo unas semanas, cruzó el charco para participar en el New York City Marathon, uno de los maratones más importantes del mundo junto con el de Londres, Chicago, Boston y Berlín.
En esta 41ª edición de la maratón de NY, Oses dejó el listón bien alto… 

Un evento como este, que paraliza muchas de las calles más transitadas de Nueva York, exigirá de una organización espectacular… 
Fue impresionante. Más de 10.000 voluntarios ayudaron a organizar la maratón, que empieza en States Island, pasa por el Puente Verrazano Narrows, Brooklyn, Queens, Manhattan, Bronx y muchos otros sitios hasta terminar en Central Park.
Además, de la organización, también me sorprendió toda la animación que se montó en torno a la maratón. En cada tramo había conciertos diferentes, dejabas de escuchar uno y enseguida empezabas a escuchar el siguiente. Todo el mundo estaba animadísimo y los espectadores se volcaban por nosotros (los corredores), nos ofrecían avituallamiento cada dos por tres.
A todo esto hay que sumarle el buen tiempo que nos acompañó, algo que, sin duda, tuvo mucho que ver en el agradable ambiente que se respiró. A pesar de que en los días anteriores llegó incluso a nevar, el día del maratón el sol nos hizo el inesperado favor de aparecer.

El New York City Maratón 2011 reunió a más de 47.000 corredores, ¿Cómo fue la salida?
Muy bien organizada. No salimos todos los participantes a la vez; las personas con algún tipo de minusvalía salieron primero, después las mujeres y por último los hombres, divididos en tres turnos diferentes.
Nosotros tuvimos suerte porque salimos en el primer turno  y nos pudimos colocar en primera línea.
Cada grupo estaba repartido en una especie de “cajones” donde esperas la salida. Allí tuvimos que aguardar unas tres horas a que llegara la hora de empezar a correr.

Se os haría largo…
Pues, no mucho. La verdad se hizo bastante ameno y además, como ya he dicho antes, no hacia mal tiempo, así que tampoco nos morimos de frío antes de salir. Y menos mal, porque alguien me comentó que el año pasado tuvieron que aguantar temperaturas de cero grados.
Algo curioso fue que en el “cajón” donde esperábamos que anunciaran la salida, me encontré con Alberto Ibañez, un famoso atleta Vitoriano. ¡Qué coincidencia!
Lo que se nos hizo más largo fue llegar hasta la salida, en States Island. Para ir hasta allí, tuvimos que coger un taxi hasta Baqueri Park, después un ferry que nos llevó a States Island y de allí un bus que nos acercó al punto de salida.

En los últimos veinte años, sólo una vez ha sido un norteamericano el primero en llegar a meta ¿La mayoría de participantes no son nativos?
No. Yo creo que entre todos los corredores, los de procedencia norteamericana son minoría. La mayoría son de fuera, al fin y al cabo, la New York City Maratón es un negocio y muchas agencias se aprovechan de ello para venderte el dorsal y de paso el viaje; el alojamiento, el avión…

¿Es muy costoso participar en un maratón de este tipo?
El dorsal cuesta unos 200 euros. Teniendo en cuenta que este es uno de los maratones más importantes del mundo, y que requiere de una organización y un despliegue asombroso, creo que es un precio bastante adecuado. Lo más caro es el desplazamiento y el alojamiento.
Nosotros aprovechamos a ir unos días antes y ver la ciudad de Nueva York. Que, por cierto, nos pareció espectacular. Lo que más me llamó la atención es el ruido constante que inunda la ciudad, ahora comprendo por qué la llaman la ciudad que “nunca duerme”.

Supongo que durante esos días antes de la carrera, aprovecharías el tiempo para entrenar, a parte de hacer turismo…
Por supuesto, nosotros estábamos alojados en Times Square y yo me iba a Central Park a correr. Me levantaba a las siete de la madrugada y para esa hora ya había un montón de gente entrenando. Y según se acercaba el fin de semana el número de gente que entrenaba en ese gran parque aumentó significativamente.

¿Con que clasificación terminaste la carrera?
En la general quedé el número 294. Y entre los españoles el número 11, de los 900 que corrimos la maratón. Conseguí terminar en 2 horas 46 minutos los 42,195 kilómetros.

¿Era lo que esperabas?
Si, sin duda. La verdad es que estaba mejor preparado que nunca, con mucho ánimo y muy contento.
Además, hice la carrera con mi hermano Joseba Iñaki que se puede decir que debutó por primera vez. Una buena ocasión para empezar. Yo le animé a correr y a participar en la maratón y me alegro mucho de haber participado con él.

En la anterior entrevista, Miguel Ángel Benayas nos decía que por culpa del deporte quitaba mucho tiempo a estar con su familia, ¿Le pasa lo mismo a Alberto? (Pregunta para su mujer, Gurutze)
No. Es más, estamos contentísimos porque hace todo lo posible por estar con su familia, ocuparse de la casa y hacer atletismo. Muchas veces, cuando trabaja de noche, al terminar la jornada se va directamente a correr para poder estar con nosotros después. Además, es el “cocinitas” de la casa, ¡no me puedo quejar!.
Nos gusta mucho que haga deporte, a mí y a sus hijos Markel y Garazi, de ocho y once años respectivamente.  Siempre que podemos vamos a verle y animarle, como en esta ocasión que fuimos hasta los Estado Unidos con él para animarle en el maratón de Nueva York.

¿Cómo te preparaste para el New York City Maratón?
La verdad, nunca dejo de entrenar y de prepararme. Corro durante todo el año, en la temporada de primavera-verano hago carreras de montaña y en la temporada de otoño-invierno de asfalto.  
Asimismo, sigo una dieta saludable con la ayuda de una dietista profesional y cuido mi peso. Sobre todo después de navidades y ese tipo de fechas en las que abundan las comidas copiosas y las cenas excesivas.

¿Qué te motiva más, las carreras por la montaña o por el asfalto?
Cada temporada tiene su encanto. En las carreras de montaña, por ejemplo, las que más me gustan son las carreras de larga distancia. 
Las de asfalto, por otro lado, son más duras, y requieren de entrenamientos más complejos que te dejan los músculos muy castigados.  El ritmo que llevamos en este tipo de carreras es muy fuerte y aunque no sea muy distinto del ritmo de las carreras de montaña, te deja bastante más abatido.
Es cierto que la temporada de primavera-verano es más bonita, hace buen tiempo y puedes disfrutar de paisajes esplendidos, es como una terapia que te hace desconectar del resto del mundo.

¿Cuál es tu próximo objetivo?
Pues de todos los circuitos que he hecho, el de Sevilla, Valencia, Barcelona, Vitoria, Madrid, incluso el de Laredo, que ya no existe…. Y muchos más. La mayoría me gustaron y volvería a repetir.
Sobre todo el de Barcelona y el Maratón de Aizgorri que me encanta. Llegué a hacerlo siete veces. Recuerdo que la primera vez que se hizo este maratón en el monte Aizgorri,  apenas participó gente, pero a medida que pasaron los años cogió mucha fama y corredores de todas partes del mundo empezaron a participar. Tres años después aceptaron este maratón como una de las pruebas del campeonato del mundo y llegaron a considerarla una de las más importantes a nivel mundial.
Pero a corto plazo, mi próximo plan es hacer el maratón de Vitoria el mes que viene. Intentaré aprovechar mi buen estado para hacer marca. Que por cierto, ya hice 15 días antes de ir a Nueva York en el medio maratón nocturno de Bilbao. 

Por Iris Murillo

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